José Andrés Rojo y Emiliana Velázquez, durante la conferencia. Foto cedida por La Provincia.
El Ejército de la República era “un esqueleto” al que faltaba un 30% de hombres y un 40% de medios para estar completo, pero, pese a ello, “la guerra continuó”,
El escritor y periodista José Andrés Rojo cerró este miércoles el ciclo de conferencias sobre la Batalla del Ebro que ha organizado la Fundación Juan Negrín con “Mapa de voces”, un recorrido por los testimonios de algunos de los protagonistas de aquel episodio de la guerra civil.
Rojo trabaja como periodista en El País, acaba de publicar la novelaCamino a Trinidad (Pretextos 2016) y es autor de la biografía Vicente Rojo. Retrato de un general republicano (Tusquets 2006), sobre su abuelo paterno, el general que dirigió la ofensiva del Ebro.
A partir de textos de Negrín, Rojo, Azaña y Ansó, entre otros, y de testimonios de soldados de ambos bandos, el periodista hiló el relato de la batalla más larga y cruenta de la historia de España.
Rojo partió de una afirmación de Juan Benet en Qué fue la guerra civil: “Yo opino que la Batalla del Ebro fue un éxito militar de la República, al inducir al adversario a morder el cebo (…) y prolongar la guerra durante ocho meses, cuando nadie le daba dos semanas de vida”
La ofensiva del Ebro, -diseñada por el general Rojo en perfecta sintonía con el jefe del gobierno, Juan Negrín-, “tuvo sentido en un contexto muy complicado y en un momento muy difícil para la República”, en palabras del periodista que mencionó el conflicto en la ciudad siria de Alepo para hacer ver la dificultad que entraña entender lo que sucede en una guerra, porque los bandos nos son homogéneos y los testimonios están cargados de “emociones e ideología”.
En su propósito de trazar el mapa de las voces de la batalla – sobre la que aún se discute “si tuvo sentido, si fue oportuna”- , José Andrés Rojo trajo a la Fundación Juan Negrín este miércoles la voz del soldado republicano A.A.G. ( “la acción de la primera fase fue de una belleza extraordinaria”) y el relato del alférez Juan Crespo, del bando rebelde (“las suelas de cáñamo de sus alpargatas se habían gastado y tenía los pies convertidos en una masa sanguinolenta”).
También la del combatiente que cuenta a su familia que no le sienta bien la carne de borrico o la anécdota de los enemigos que se juntan en tierra de nadie para echar un pitillo.
Los testimonios de personajes anónimos trazan el mapa de voces de la Batalla del Ebro junto a los de los responsables de tomar las decisiones.
Así, por una carta de Rojo a Negrín conocemos que la unanimidad no era plena en el seno del Ejército de la República y que el general soviético Maximov vaticina un fracaso a solo 48 horas de la ofensiva.
También que la situación en la que combatieron las tropas leales era “paupérrima” , y que la confianza de Negrín en Rojo era absoluta: “Sé que cuanto dependa de un mando militar se hará por usted de un modo insuperable”.
En opinión del conferenciante, Negrín hizo lo único que podía hacer como jefe de gobierno de una democracia: pelear hasta el final. Y frente a la tesis de que Franco prolongó la guerra para aniquilar al enemigo, José Andrés Rojo sugirió que “tal vez lo hizo porque se encontró con un enemigo”.
El ciclo se ha organizado al abrigo de la exposición sobre cartografía republicana de la Batalla del Ebro que puede visitarse en la sede de la Fundación Juan Negrín hasta el 30 de diciembre (de lunes a viernes, de 10:00 a 14:00 y de 17:00 a 20:00).
Junto a Rojo, que fue presentado por la profesora Emiliana Velázquez, han participado en el ciclo de conferencias los catedrático de Historia Contemporánea Ricardo Miralles, Joan Villarroya y José Miguel Pérez y el ingeniero Ángel Emilio de las Heras.