Pie de foto: Sheila San Juan (izquierda) y Virginia Cabrera, en la biblioteca de la Fundación Juan Negrín.
“Me quiero ver echando humo inminentemente”, afirma el ministro de Agricultura Vicente Uribe Galdeano en una carta que dirige a Juan Negrín López, jefe del gobierno de la 2ª República española en plena guerra civil. Uribe Galdeano pide la mediación del jefe gobierno ante el Director General del Timbre, responsable del racionamiento del tabaco, para aliviar su mono de nicotina.
La debilidad del ministro Uribe sale a la luz 80 años después y gracias a labor de dos jóvenes becarias de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, que realizan en la actualidad tareas de catalogación en el Archivo de Juan Negrín López, último jefe de Gobierno de la 2º República en guerra.
La colaboración de las historiadoras y master en Patrimonio Sheila Sanjuan Naranjo, de 24 años, y Virginia Cabrera Sosa, de 23, con la Fundación Juan Negrín es posible gracias al Programa Cataliza 2 que facilita la experiencia profesional a jóvenes titulados y es fruto de la colaboración entre la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, la Fundación Universitaria, el Gobierno de Canarias y la Unión Europea.
Sheila y Virgina dedican 30 horas a la semana a catalogar documentación en el Archivo Negrín. “Nuestro cometido es ir documento a documento, extraer los datos y volcarlos en la base informática”.
El Archivo Negrín perteneció al último jefe de Gobierno de la República en España, el canario Juan Negrín López (Las Palmas de Gran Canaria 1892 –París 1956). Fue trasladado a Las Palmas de Gran Canaria a finales de 2013 desde París, donde era custodiado por los herederos de Negrín. Contiene una ingente cantidad de documentación oficial y privada relativa a la guerra y al exilio, que en buena parte permanece inédita.
Para Sheila y Virginia esta experiencia comenzó el 1 de septiembre. “Ni en sueños podía imaginarme que podía encontrar todo un Ministerio de Defensa y … lo que nos queda por mirar”, afirma la primera.
Las dos becarias han revisado ya unos 1.400 documentos. Entre ellos, Sheila Sanjuan destaca una carta que dirige el ministro de Agricultura a Negrín para pedirle una cita “con un señor llamado Pepe Díaz y una tal Dolores”.
Buscar quién era Dolores a secas pareció en principio una tarea imposible. Pero las estudiantes terminaron averiguando que la “Dolores” de aquella carta era Dolores Ibárruri, Pasionaria.
“Veíamos que las cartas estaban subrayadas en lápiz rojo. Subrayadas o marcadas con una A, pensamos que era que alguien las había visto antes de nosotras, luego nos enteramos que era el propio Negrín quien las había marcado, que era su propia letra”, señala Sheila Sanjuan.
Virgina admite que emociona pensar que están sacando a la luz documentos que nadie ha visto en 80 años. Llama la atención sobre las cartas que distintos agricultores escriben a Negrín interesándose por la suerte de unas cajas de fresas y de naranjas que habían enviado al jefe de gobierno.
“Les interesaba saber si le habían llegado bien, porque si a él le habían llegado bien, las podían mandar más lejos”.
Otro de las cartas que ha catalogado Virginia Cabrera la escribe un mando del Ejército que ha sido capturado en Aragón por los falangistas. “No sólo escapa a los falangistas sino que después cuenta con detalle cómo fue su captura, y las vivencias en el pueblo donde estaba preso. Es curioso: estaba preso, pero le dejaban pasear por el pueblo”.
“Nada más escapar”, agrega Virginia Cabrera, “escribe una carta a Negrín de 7 u 8 folios, donde explica lo que había averiguado, porque había ido sonsacando por ahí sobre el armamento que tenían, cuántos camiones … lo que le habían hecho a las mujeres que los habían intentado ayudar. A las mujeres les habían rapado el pelo”.