→Carmen Negrín visita la exposición que demuestra la estancia de Negrín en el Ripollés al final de la guerra y conoce El Robledal, la casa donde residió su abuelo
→La muestra, hecha en colaboración con la Fundación Juan Negrín, convive con una exposición permanente sobre la retirada de los refugiados republicanos por los Pirineos
→3.500 personas visitan este verano “Un canari en la història, un president a Camprodon” en la localidad gerundense
→La nieta de Juan Negrín se muestra “tremendamente conmovida” tras culminar su recorrido en la Mina de Negrín y el Museo del Exilio en la Junquera
Prensa- Fundacion Juan Negrín
“Sentí un dolor inmenso al ver lo que suponía cruzar la frontera pensando que los iban a recibir con los brazos abiertos, pero sabemos que no fue así”.
Carmen Negrín, presidenta honoraria de la Fundación Juan Negrín, resume de esta manera la impresión que le produjo visitar a mediados de septiembre de 2024 en Camprodon (Girona) la exposición que reúne más de un millar de objetos abandonados por los refugiados españoles en su huida hacia Francia a través de los Pirineos tras la caída de Barcelona.
La exposición donde latas de sardinas oxidadas, armas de diverso origen, insignias, restos de camillas sanitarias, asas de maleta, maquinillas de afeitar, cucharas y hasta cajitas de maquillaje relatan un episodio trágico de la historia de España, convive con la muestra “Un canari en la història, un president a Camprodon”, en parte realizada con material cedido por la Fundación Juan Negrín, y en la que su comisario, el investigador Lluis Bassaganya, demuestra la estancia del jefe de gobierno canario en esta localidad del Ripollés durante los últimos meses de la guerra.
Una y otra muestra, una permanente, la otra temporal, conviven en el Espai Cultural Cal Marquès de Camprodon, una localidad de 2.500 habitantes en la comarca del Ripollés, situada a 120 kilómetros de Barcelona.
Tradición oral
El trabajo sobre Negrín se compone a su vez de dos exposiciones: una es una producción de la Fundación Juan Negrín, «Un canario en la historia», y la segunda, “Un presidente en Camprodon”, reúne toda la documentación recaba por Bassaganya sobre la estancia de Negrín en esta localidad.
“Teníamos constancia por la memoria oral, de que el presidente había residido durante cierto tiempo de la guerra en esta población, lo que no sabíamos era cuánto tiempo y qué vino hacer”, explica Lluis Bassaganya, comisario tanto de la muestra relativa al político canario como de la realizada sobre la retirada de los refugiados por el puerto de Col de Ares (Pirineos).
Se calcula que 100.000 personas atravesaron los pasos fronterizos del Valle de Camprodon en febrero de 1939. Los objetos recolectados por Bassaganya durante 30 años de excursiones al Col de Ares exhiben con crudeza la fragilidad de los miles de refugiados que huyeron a Francia por esta ruta.
Encuentro en El Robledal
Carmen Negrín viajó a la comarca del Ripollés con el objetivo de visitar la exposición que muestra la estancia de su abuelo en la localidad de Camprodon hacia el final de la guerra. El episodio se ha podido demostrar gracias a la investigación realizada por Bassaganya en distintas fuentes documentales, entre ellas, el Archivo Negrín, que visitó hace unos meses en su sede de Las Palmas de Gran Canaria. También, documentos recabados a través del portal PARES, las memorias del general Vicente Rojo y el archivo histórico del Ejército del Aire contribuyeron a confirmar la estancia de Negrín en el Ripollés.
El presidente del gobierno de la República residió en Camprodon y ejerció sus funciones durante 4 meses, con idas y venidas, al final de la guerra. Se instaló en El Robledal, una casa en las afueras que su nieta visitó 85 años después.
“La visita de la casa donde se quedó mi abuelo por periodos cortos mientras iba y venía a Barcelona, también me trajo recuerdos: su necesidad de aislarse para reflexionar, y en este caso, para recuperar las fuerzas para seguir luchando. Además, al lado había una de las residencias para niños huérfanos, abandonados o perdidos, de los cuales se ocupaba su compañera, Feli (Feli López de Dom Pablo, pareja de Negrín). Los dueños, descendientes de los propietarios originales, nos abrieron los brazos, fue un momento excepcional, de apreció y respeto mutuo”.
El Museo Memorial del Exilio en La Junquera, principal paso de huida de los refugiados tras perder la guerra, y la llamada Mina de Negrín -la Mina Canta en donde se pusieron a salvo los cuadros del Prado- completan el periplo que Carmen Negrín realizó a mediados de septiembre de 2024.
“El trabajo en la Junquera también es excepcional, muy profesional, y también terriblemente impactante. Además está enfocado al porvenir. La visita, tanto a Camprodon, como a la Mina Negrín y al Museo de la Junquera, me conmovieron terriblemente. Anima a seguir luchando por la memoria”.