→El Archivo Negrín depara información inédita sobre el servicio de propaganda republicano
→El catedrático Francisco Sevillano halla en Gran Canaria información inexistente en los archivos peninsulares
→La precariedad de medios era absoluta: sólo tenían una máquina de escribir que había traído de su casa un funcionario
→El jefe del Gobierno mantuvo la esperanza de poder influir en la opinión pública internacional
Prensa- Fundacion Juan Negrín
El historiador Francisco Sevillano halla en el Archivo Negrín documentación novedosa sobre la organización de la propaganda de guerra en el bando republicano que revela la importancia que le dio Negrín como presidente del Consejo de Ministros.
”A partir del 37, Negrín asume las riendas directas de la propaganda de guerra a través de la oficina de prensa, esto es nuevo, no se conocía y lo he encontrado aquí”, señala el investigador tras visitar el Archivo Negrín, en Las Palmas de Gran Canaria.
El también catedrático de Historia Contemporánea de la Universidad de Alicante estudia la propaganda política durante la guerra de España desde que se inició como investigador con la tesis doctoral.
Primero dedicó sus esfuerzos al bando rebelde, y posteriormente, ya inmerso en el proyecto de cátedra, decidió ampliar el foco al bando republicano. En la actualidad prepara una monografía sobre esta materia.
Con este objetivo buscó información en distintos archivos en la España peninsular, entre los que cita el fondo contemporáneo del Archivo Histórico Nacional, el Archivo Militar de Ávila, el Centro Documental de la Memoria Histórica de Salamanca, el archivo de Euskadi y el de Cataluña.
“Este peregrinaje me aportó mucha información pero quedaban lagunas importantes”, apunta.
Los vacíos de los que habla el catedrático se refieren al Ministerio de Propaganda que se crea en 1936 -con el alicantino Carlos Esplá como titular-, y permanece como tal hasta el 37 cuando se extingue por falta de medios; y sobre todo a la Subsecretaría de Propaganda, que existió durante los dos gobiernos de Negrín.
De la información hallada en el Archivo Negrín, Sevillano destaca también “un aspecto muy poco conocido” sobre el papel que desempeñó la oficina de prensa que dependía del presidente del Gobierno.
“Negrín la convierte en una oficina de propaganda bajo su control directo. Con informes cada pocos días, va reorientando la propaganda, también la de la Subsecretaría (que sigue existiendo). La oficina de prensa ya no solo emite información sobre prensa extranjera y nacional, sino que también es una oficina de propaganda que da consignas, que establece proyectos, que da orientaciones para ciertas celebraciones, sobre todo en el 38”.
Al presidente del Gobierno le preocupa la opinión pública internacional, especialmente la de Francia, Gran Bretaña y Estados Unidos, las grandes potencias, porque todavía tiene la esperanza de poder influir en ella y ponerla a favor de la causa republicana. En los documentos consultados en el Archivo Negrín, el profesor Sevillano ha encontrado balances sobre el trabajo que se realiza, donde se constata que la propaganda exterior es deficitaria y la Subsecretaría, ineficaz.
También detalles sobre la precariedad de medios que padecen. Benigno Rodríguez, secretario personal de Negrín, cuenta que solo disponen de una máquina de escribir. “Dice que funciona mal y que se la ha traído de su casa; hablamos de la Jefatura de Gobierno, que por entonces está en Barcelona”.
La Exposición Universal de París de 1937, en la que la Presidencia del Gobierno se implica de manera decisiva a través de la financiación del pabellón español, donde, entre otros contenidos, se muestra por primera vez al mundo el “Guernica”, que Picasso acababa de pintar por encargo del propio gobierno.
Inmediatamente después de París, se creó un nuevo comité para preparar la Exposición Universal de Nueva York de 1939 con el mismo objetivo, pero el final de la guerra frustró también esta esperanza.
Francisco Sevillano decidió viajar a Gran Canaria tras realizar una consulta en el catálogo del Archivo Negrín que figura en la web de la Fundación Juan Negrín, que le permitió albergar esperanzas de que aquí podría estar la información que buscaba.
«Venía con dudas, pensé: ‘por lo menos disfrutaré de la ciudad y de la isla’, pero he estado ocupado todas las mañanas porque hay un volumen de información importante. Me ha sorprendido la calidad de la información y la cantidad, y me han dicho que pueden abrirse más cosas”.